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Racionalización del almacenamiento: El OIEA imparte en África capacitación en la esfera de la gestión de los desechos radiactivos

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La idoneidad del procesamiento, acondicionamiento y almacenamiento de las fuentes radiactivas selladas en desuso (DSRS) es esencial para garantizar la seguridad tecnológica y física de las personas y el medio ambiente. Sin embargo, estas actividades pueden plantear dificultades, especialmente en los países que todavía carecen de conocimientos prácticos internos en este ámbito. En consecuencia, el OIEA ha prestado apoyo a la elaboración de un enfoque de gestión de las DSRS que es más sencillo y más eficaz en relación con los costos para los países con relativamente pocas DSRS. Un curso de capacitación impartido en 2020 por el OIEA en Kampala (Uganda) empleó por primera vez este nuevo enfoque.

El enfoque comporta una instalación que proporciona todos los elementos necesarios para el procesamiento, el acondicionamiento y el almacenamiento de fuentes emisoras de radiación neutrónica y gamma del tipo que se utiliza normalmente en la industria y la medicina. La instalación, basada en el denominado “concepto de dos contenedores ISO”, consta de dos contenedores de transporte estándar situados uno junto al otro y provistos de infraestructura adecuada de ventilación, control de la contaminación, seguridad tecnológica y seguridad física. Un contenedor sirve de instalación de procesamiento y acondicionamiento, mientras que el otro se utiliza para la recepción y el almacenamiento provisional de las DSRS de actividad baja y, posteriormente, de las fuentes acondicionadas.

La instalación y sus procedimientos han sido objeto de un examen internacional por homólogos. Un grupo de expertos internacionales en gestión de desechos radiactivos procedentes de Alemania, los Estados Unidos, Ghana y Marruecos se reunió para observar el funcionamiento de la instalación de dos contenedores ISO, así como el curso de capacitación impartido por el OIEA. Los expertos también examinaron la instalación y los procedimientos técnicos de gestión de los desechos, desde la recepción inicial hasta el almacenamiento final, a fin de evaluar el enfoque a la luz de todas las normas y mejores prácticas internacionales en la materia. Esta labor, que recibe apoyo financiero de la Unión Europea, forma parte de una iniciativa más amplia del OIEA emprendida en el marco del Acuerdo de Cooperación Regional en África para la Investigación, el Desarrollo y la Capacitación en materia de Ciencias y Tecnología Nucleares (AFRA), que va dirigido a ayudar a los países africanos a fortalecer su infraestructura jurídica y de reglamentación en materia de seguridad nuclear tecnológica y física. El órgano regulador nacional de cada país deberá conceder la licencia de uso de la instalación con fuentes radiactivas en activo. En Uganda se había procedido de ese modo antes del curso de capacitación. “Este enfoque se aplicó conforme a las normas de seguridad del OIEA”, afirma Deogratias Sekyanzi, Director General del Consejo de Energía Atómica de Uganda, que es el órgano regulador del país.

Algunos países como el Camerún cuentan con planes avanzados para utilizar contenedores de transporte con fines de almacenamiento de DSRS, pero en otros países todavía no se ha demostrado la seguridad tecnológica de este método. Dentro de un nuevo proyecto de cooperación técnica puesto en marcha en 2020 el OIEA se dedica a aumentar las capacidades de las organizaciones nacionales a efectos de demostrar la seguridad tecnológica del almacenamiento, explica David Bennett, especialista del Organismo en seguridad de los desechos.

Alumnos observando a un experto del OIEA que retira una fuente en desuso (desplegada antes en un contexto industrial) durante el ejercicio práctico. (Fotografía: O. Yusuf/OIEA)

El enfoque del contenedor y la cápsula

Una vez construida la instalación, lo siguiente es recuperar las fuentes radiactivas colocadas en sus dispositivos de conformidad con los requisitos y la orientación expuestos en el Código de Conducta sobre la Seguridad Tecnológica y Física de las Fuentes Radiactivas y las normas de seguridad del OIEA. El enfoque propuesto tiene como punto de partida procedimientos técnicos que debe seguir el personal local para recuperar las fuentes en desuso y acondicionarlas en una forma apta para el almacenamiento. Los procedimientos comportan el uso de una cápsula especial hecha de acero inoxidable en la que se sellan las fuentes en desuso. El diseño de esta cápsula permite un sellado adecuado sin hacer uso de equipo especializado, con lo cual la manipulación resulta más sencilla en cualquier país. Una vez sellada, la cápsula que contiene las fuentes se coloca dentro de un escudo de plomo que, a su vez, se coloca en un barril revestido de hormigón que sirve de bulto con fines de almacenamiento y transporte de las DSRS.

“Una nueva instalación del tipo que ha sido objeto de demostración en Uganda puede construirse en una superficie inferior a 1000 metros cuadrados y a un costo asequible”, afirma Mohamed Al-Mughrabi, experto superior del OIEA.

Capacitación de los gestores de desechos radiactivos de África

En el marco de su labor en curso de apoyo al control de las DSRS en todo el mundo, el OIEA organiza una serie de cursos de capacitación práctica impartidos por conducto del programa de cooperación técnica del OIEA que incluyen la construcción, la concesión de licencias y la utilización en relación con las instalaciones de dos contenedores ISO. Está previsto impartir estos cursos de capacitación en toda África, especialmente en países donde el procesamiento y el acondicionamiento de desechos y las instalaciones para su almacenamiento son todavía inexistentes.

Tras las demostraciones del enfoque de dos contenedores ISO en Uganda, así como en el Camerún, el Senegal y Zimbabwe, y partiendo de las conclusiones de un examen técnico internacional por homólogos, existen planes de introducción del concepto en más países, entre ellos el Camerún, Etiopía, Madagascar y Nigeria.

El OIEA ejecutó el proyecto RAF9062, titulado “Fortalecimiento de la gestión de desechos radiactivos (AFRA)”, que estuvo cofinanciado por la Comisión Europea, España y los Estados Unidos.

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