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Diez años de la Iniciativa sobre los Usos Pacíficos del OIEA

Shota Kamishima

Este año se cumple el décimo aniversario de la Iniciativa sobre los Usos Pacíficos (PUI). Su origen se remonta a la Conferencia de las Partes encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, celebrada en 2010, en la que los Estados Unidos de América propusieron la Iniciativa. Más adelante ese mismo año la PUI se estableció como iniciativa de financiación para apoyar proyectos del OIEA sobre los usos pacíficos de la tecnología nuclear. Desde entonces ha desempeñado un papel decisivo en la movilización de contribuciones extrapresupuestarias para apoyar actividades no financiadas del OIEA, como proyectos de cooperación técnica, que promueven la aplicación de la tecnología nuclear con fines pacíficos.

 

Desde 2010, en sus resoluciones anuales, la Conferencia General del OIEA ha alentado a todos los Estados Miembros en condiciones de hacerlo a que realicen contribuciones adicionales a la PUI. A 30 de septiembre de 2020, 24 países y la Comisión Europea habían efectuado donaciones por medio de la PUI y habían aportado 174 millones de euros en contribuciones financieras. En 2017 la financiación para la PUI se hizo extensiva al sector privado y Shimadzu Corporation fue la primera empresa en contribuir. Esas aportaciones han permitido apoyar más de 300 proyectos que benefician a más de 150 Estados Miembros.

Varios Estados Miembros han prometido financiación plurianual a la PUI. Ahora se puede contar con una financiación más previsible, lo que beneficia particularmente a los proyectos de gran escala a largo plazo y ha permitido al OIEA responder de manera rápida y flexible a las emergencias y las prioridades nuevas y cambiantes de los Estados Miembros. Prueba de ello es la respuesta del OIEA a la enfermedad por el virus del Ébola en África occidental, la enfermedad por el virus del Zika en América Latina y el Caribe y las catástrofes naturales en Asia y América Latina. Más recientemente, los fondos recibidos por medio de la PUI han permitido dar apoyo al OIEA en sus esfuerzos por prestar asistencia a los Estados Miembros en la lucha contra la COVID-19, entregando partidas de equipo para la detección y el diagnóstico del virus, accesorios, equipo de protección personal y otros suministros.

La financiación de la PUI ha contribuido a proyectos en diversas esferas, entre ellas la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos hídricos, la salud humana y animal, el desarrollo de infraestructura nucleoeléctrica y la seguridad nuclear y radiológica, muchas de las cuales habrían carecido de fondos sin la PUI. La figura a la derecha muestra la asignación de fondos recibidos por medio de la PUI desglosados por esfera temática.

 

En esta publicación se destacan solo algunos ejemplos de proyectos que se han beneficiado de la PUI en los últimos 10 años.

La esfera de la energía nucleoeléctrica y el ciclo del combustible ha recibido más financiación de la PUI que cualquier otra esfera temática. El OIEA presta asistencia en la elaboración de sus programas a los Estados Miembros que están analizando, planificando o comenzando a implantar la energía nucleoeléctrica, incluido el establecimiento de la infraestructura de seguridad necesaria. Los fondos recibidos por medio de la PUI han permitido financiar una serie de misiones de Examen Integrado de la Infraestructura Nuclear (INIR), así como proyectos de creación de capacidad. La PUI también ha respaldado un proyecto de Reactor-Laboratorio por Internet, a través del cual se brinda a aulas universitarias acceso a experimentos en el reactor de investigación mediante transmisión en directo por Internet. Asimismo, ha apoyado misiones INIR para Reactores de Investigación (INIR-RR).

La modernización de los laboratorios de aplicaciones nucleares del OIEA en Seibersdorf (Austria) es uno de los proyectos más importantes jamás emprendidos por el OIEA. Se han mejorado y ampliado considerablemente los servicios y la infraestructura que esos laboratorios pueden proporcionar a los Estados Miembros en los próximos años. A octubre de 2020 la PUI representaba el 35 % del monto total de las contribuciones extrapresupuestarias recibidas para esos proyectos (encontrará más detalles al respecto aquí.)

En la esfera de la alimentación y la agricultura, mediante un proyecto de riego por goteo patrocinado por la PUI en el Sudán se ayudó a mujeres agricultoras a incrementar la producción de alimentos, con ayuda de la tecnología nuclear, optimizando al mismo tiempo el uso de agua y fertilizantes. La PUI desempeñó un papel importante en la creación de la Red de Laboratorios de Diagnóstico Veterinario (VETLAB), una red de laboratorios de sanidad animal que tiene por objeto diagnosticar y vigilar enfermedades. Apoyándose en la Red VETLAB, el OIEA contribuye a los esfuerzos mundiales por erradicar la peste de los pequeños rumiantes, que cada año mata a miles de ovejas y cabras en África, Oriente Medio y Asia (más información). La PUI también financió un proyecto en el Senegal para promover el uso de la técnica del insecto estéril. Gracias a ello, la población de moscas tsetsé en las zonas seleccionadas del noreste de la capital, Dakar, disminuyó considerablemente, lo que mejoró los medios de vida de los agricultores.

En el ámbito de la salud humana muchos países de ingresos medianos y bajos se han beneficiado de las misiones de evaluación imPACT del OIEA financiadas por la PUI, que evalúan las capacidades y necesidades nacionales para el control del cáncer y recomiendan las mejores maneras de priorizar las actividades y las inversiones conexas. La PUI también respaldó un proyecto que ayuda a Estados Miembros de América Latina y el Caribe a acceder a técnicas de medicina nuclear para un diagnóstico temprano y acertado de enfermedades cardiovasculares y cáncer, prestando apoyo para la compra de equipo, la capacitación presencial para desarrollar conocimientos especializados y la realización de misiones de expertos para sensibilizar sobre la seguridad radiológica de las aplicaciones clínicas de la medicina nuclear a los profesionales de la atención de salud y los responsables de la toma de decisiones.

En la esfera del agua y el medio ambiente, la PUI ha financiado un proyecto para ayudar a 13 países de la región africana del Sahel, propensa a la sequía, a utilizar técnicas isotópicas para evaluar el origen y la calidad de las aguas subterráneas, lo que dio lugar a un primer panorama general de las reservas de aguas subterráneas de la región. Gracias a la PUI, Estados Miembros de Asia y el Pacífico fortalecieron su capacidad para hacer un seguimiento de la floración de algas nocivas y reducir sus efectos adversos en la inocuidad de los alimentos marinos con el uso de técnicas nucleares. Asimismo, con la ayuda de la PUI en 2012 se puso en marcha en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) el Centro Internacional de Coordinación sobre la Acidificación de los Océanos (OC-ICC), que sigue colaborando con asociados de todo el mundo para promover el estudio científico de la acidificación de los océanos y fomentar la colaboración internacional (más información).

En el ámbito de la seguridad nuclear, la PUI ha respaldado un proyecto en Asia Central para mejorar la coordinación entre organizaciones que trabajan en pro de la rehabilitación y el control reglamentario seguro de antiguos emplazamientos de extracción y procesamiento de uranio. La PUI también ha prestado asistencia a los Estados Miembros en el mantenimiento del control de las fuentes radiactivas durante todo el ciclo de vida y la mejora de su capacidad para gestionarlas, tanto durante su uso como posteriormente, de conformidad con las normas y las prácticas óptimas internacionales en materia de seguridad. La PUI también respaldó un proyecto centrado en prestar asistencia a los Estados Miembros en el desarrollo y la aplicación de regímenes de seguridad para la gestión de desechos radiactivos y del combustible gastado.

11/2020
Vol. 61-4

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